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jueves

¡Pues claro


¡Pues claro qué Francisco Franco Bahamonde en sí Espiritualmente también fue celoso, y temeroso de Dios, pero haciendo en sí Su voluntad, ganó el Cielo! Y sí que Creo en Conciencia, el que lo es merecedor, y qué ha de seguir siéndolo, al menos en sí, así lo percibo aludido y en defensa, por el derecho en su infatigable Causa-Misión, a él descanso de sus huesos, como los de los demás misma e indistintamente también, en el (Valle de los Caídos, donde está expuesta y se ganó su “Morada-España” y qué, en Cristo-Jesús, ahí, la Santa Iglesia Católica en España, le dio el descanso Eterno). San Juan Cp. 20 Vs. 19 al 23.
   En primer lugar, por ser el Vencedor de la causa por la que luchó contra sus hermanos los españoles de su época, discrepantes y hostiles, por tanto, en una guerra civil, y no precisamente, por él emprendida, pero sí por él mismamente fue defendida, y ganada, contra la evocada distorsión qué, por entonces ya en maraña, a como la distracción del embuste, de hoy. Y que la finalizó resolviendo en la medida de las posibilidades de cada momento Tal, y tan conocidas éstas, indistintamente de cada cual por los recuerdos vividos, y de los expresados en los de mayor edad que lo tuvieron más presente, y así en la historia escrita, que la guardamos de algún modo en Paz algunos, por tanto, y por él precisa y mismamente, en el más breve tiempo posible también, más bien, la aportó grandiosamente, y para como Tal así, en el legado ya ensamblado cómo equipo primordial necesario del exitoso resultado y el esclarecido para en convivencia, y qué disfrutamos aunque latentemente, en él nombre del Señor Jesucristo en Paz del Amor Misericordioso democráticamente, de principios en su propia misión a conformar, y que la asumió en Cristo por Tal definiendo lo correcto, y así en eterna, al pasar mismamente él Testigo, en él qué cede al Reino de España su valor qué en sí del mismo y en principio es, “aún él qué se defiende también, mientras no se demuestre lo contrario, en él Rey Felipe VI hoy”, y Reinado, solo en usufructo “espiritualmente mientras éste viva” del Rey emérito, D. Juan Carlos I, por él cual de nuevo y en éstas condiciones que se le reúnen así familiarmente Cristianas, y por las arraigadas en España, por sus antepasados, que fue por él qué a él Mismo, se le concede en descendencia el reinado de España, por Tanto, también en los españoles todos, como así indistintamente también lo es en los caídos Santamente, y aunque en muchos fuesen, u hayan sido incluso en guerreando inconscientemente, de los preceptos y mandamientos, en él frente, en los de cualquiera, de los dos bandos por consiguiente, y qué aunque como siempre engañados, es por lo que también lo fue meritoriamente, y por lo que están enterrados donde Merecen Ser Gloriosamente Los Reconocidos en Tal, muertos, y Vivos aún, porque los cobardes desertaron por consiguiente muertos ya, y porque lo estaban sin dudas, de antes, y aunque escaparon por diversas fronteras, fue para otra oportunidad en sí de los mismos. Y qué luego de nuevo a como descendencia también, y como hijos de la Patria-Dios, en Su Divinidad, a unos, y a otros, a todos así nos acogió, y son los que están, y los que estamos en Tal de Su Presencia Vivos aún de Su Eternidad, en Cristo.
   En segundo lugar, porque los huesos por si solos, no suben, si no, que bajaron a donde están, muertos y enterrados, y qué su misma palabra lo dice así, muertos, por lo que Vivos, y en La Eternidad solo lo Es, en Él Espíritu Santo, y en Cristo, Sus Santos en Comunión con los Vivos de la Santidad, de los muertos en Cristo-Jesús Resucitados, en Cristo, por Tanto, en Él qué está, Espiritualmente Vivo en Cristo-Jesús, y así en Viviéndolo, y no más que en Él, seria si así él Mismo lo dispusiese, el que Gloriosamente sea el que los restos físicamente, de Francisco Franco, se muevan, o no, de donde reposan en Paz en Él Señor.
   Y, tercero, en Conciencia de la confianza de mí Fe, en Cristo-Jesús también, en Él Resucitado, digo yo en Cristo, por Tanto. Solo Nuestro Señor Jesucristo Provee en sí de cada cual, y en sí de Él, porque Es Solo Él, el que Vive Eternamente Su Santidad junto a Dios Padre, Un Alma, e Imagen y Semejanza, La que nos Mostró Él, y se ve, y se muestra en presencia Así, en cada cual qué la posee con él Amor y La Paz Misericordiosa, y Caminando en la Misma, de Ésta Condición en Su Santidad. Siendo Buenos.
                                                        Julio Barriga Carrasco.