Desde la fe de mi Espíritu en Jesucristo nuestro Señor hijo
de Dios Él único todo poderoso en el Cielo, y aquí en la Tierra donde está para
establecer a los hermanos en sociedad de salvación en su Reino que con Él
Espíritu Santo que recibimos en el mismo bautizo llevado a cabo y en su día indistintamente
de cada uno, pero en el que todos quedamos con el deber encomendados en la misión
para Éste como cristianos creyentes a ser, sacerdote, profeta, y Rey.
Dice el señor: El que
no entra por la puerta en el redil de las ovejas, si no, que escala por cualquier
otro lado, éste es salteador y un ladrón corrupto. Pero el que si entra por la
puerta es buen pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, conoce a sus
ovejas y las llama una por una y éstas, les siguen a Él porque conocen su voz,
las cuida y no deja que ninguna se pierda, y si esto ocurre, la busca hasta
encontrarla para no dejarla caer en las garras de lobos y buitres carroñeros. Porque
tuve sed y me distes de beber, tuve hambre y me distes de comer, estuve
desvestido, y me distes ropas, estuve enfermo y me visitasteis. ¡Quien cree en
mí y, cumple mis preceptos vivirá eternamente!
Esta es, palabra
de Dios. Amen.
Este escrito es de un hermano cristiano laico
que ama a Jesucristo.
ESCRITO EN AUTENTICO SENTIDO DEL ESPÍRITU NAVIDEÑO
LAICO-CRISTIANO DE LOS BAUTIZADOS EN CRISTO JESÚS.
Este escrito en autentico sentido del Espíritu
navideño laico-cristiano de los bautizados en Cristo Jesús, es con mi Espíritu
en lo posible el de fortalecer en estas fechas navideñas de adviento, a cuantos
amigos, hermanos, ciudadanos que de alguna manera confunden las fechas de
navidad, con el tan pronunciado y experimentado en prácticas arraigadas en
todos los sentidos de marketing que ya conocemos en nuestra sociedad, pero que
nada tiene que ver con el sentido primitivo real del nacimiento de Jesús, y el
compromiso particular de cada cristiano y cristiana, como parte de unidad en Cristo
y en su fe, que es de intentar por hacer en tu amor interior en conciencia, el volver
a nacer en uno mismo un Espíritu nuevo más en Cristo Jesús, que con Él niño
Jesús en el corazón siempre será nacido en nuestro pesebre particular, para a
lo largo del año, y años tras años, ir fortaleciéndolo con también, la carga de
la cruz que cada uno cargamos en nuestro camino al calvario particular del día
a día, para qué sigamos, continuemos año, tras año, y que por fin, y si
proviene, en un periodo que a cada uno es en su tiempo de asimilación para entender
que, encontrará, percibirá, y verá al niño que eres tú mismo, nacido en tu
pesebre particular, entonces comprenderás que tu Espíritu, es la suma al
Espíritu Santo de Nuestro Señor Jesucristo resucitado en nosotros, y en su
Santa Iglesia por Él fundada que es Él Reino de Dios en la Tierra como su
cuerpo físico hasta su nueva venida, como es Él mismo en el Cielo para sus
hijos en la vida eterna. Y para que nadie se llame a engaño, utilizando las
mismas palabras de Dios en Jesucristo su Hijo, por el evangelista San Lucas, porque
la palabra de Dios siempre es la misma también para el día de hoy, nos dice: Alzando
los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurado los pobres, porque vuestro
es el reino de Dios.
Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados.
Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis.
Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen,
os injurien y proscriban vuestro nombre como malo por causa del Hijo del
hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande
en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.
Las
maldiciones.
Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis
recibido vuestro consuelo.
¡Ay de
vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre.
¡Ay de los
que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto.
¡Ay cuando
todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus
padres a los falsos profetas.
Amor a los
enemigos
Pero a
vosotros, los que me escucháis, yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os
difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que
te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que
tome lo tuyo, no se lo reclames. Y tratad a los hombres como queréis que ellos
os traten. Si amáis a los que os aman, ¿Qué merito tenéis? Pues también los
pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a
vosotros, ¿Qué merito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si
prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿Qué merito tenéis? También
los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más
bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien y prestad sin pedir nada a
cambio; entonces vuestra recompensa será grande y seréis hijos del Altísimo,
porque él es bueno con los desagradecidos y los perversos.
Misericordia
y beneficencia
Sed
compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados,
no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os
dará; una medida buena, apretada, remecida, y rebosante pondrán en el halda de
vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis, se os medirá.
Celo bien
ordenado
Les añadió una parábola: ¿Podrá un ciego guiar a
otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del
maestro. Será como el maestro cuando esté perfectamente instruido. ¿Cómo es que
miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay
en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja que saque la
brizna que hay en tu ojo, si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca
primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en
el ojo de tu hermano.
Porque no
hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé
fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los
espinos, ni de la zarza vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del
corazón, saca lo bueno, y el malo, del malo, saca lo malo. Porque de lo que
rebosa el corazón habla su boca.
Necesidad
de las obras.
¿Por qué me llamáis: Señor, señor y no hacéis caso
de lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en
práctica, os voy a mostrar a quien es semejante: Es semejante a un hombre que,
al edificar su casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al
sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo
destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en
práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra sin
cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue
grande la ruina de aquella casa.
Retomo y
digo yo en mi conciencia: Todas estas palabras tal como fueron dichas por el
hijo de Dios que vino a la tierra como uno más de nosotros para vivirlo en
situ, como hijo del hombre al ser concebido en el vientre de María la Virgen de
Nazaret, siendo esto con todas y entre todas sus vicisitudes del trato con el
mal del día, a día, como con el bien que la misma vida conlleva indistintamente
en cada uno, y en cada una, pero Él, para como su misión de darnos el perdón
del pecado original cometido por nuestros padres Adán y Eva en el principio de
los tiempos, pero que Jesucristo de nuevo nos trae con su muerte y resurrección
física y evidentemente expuesta como el sacrificio por nosotros, y para nuestra
salvación con una nueva alianza, en un nuevo Adán humano, y divino, que a lo
largo de todo este tiempo transcurrido desde entonces en nuestro niño interior,
en Él niño Jesús de cada Navidad, de alguna manera si lo abrazas en tu corazón
de amor notaras en tu proceso natural que nacemos en su Espíritu, y que Éste, sigue
teniendo y guardando los mismos preceptos, los mismos mandamientos, los mismos
evangelios por Él enseñado para que todos y cada uno de nosotras, y de nosotros
sus hermanos, e hijos todos del único Dios Él todo poderoso en la Tierra, y en
el Cielo, los aprendamos y los guardemos gravados en nuestro interior porque
claramente es para quienes creen en su palabra, se distinga en su compromiso, y
también, claramente es para posicionarse en Ésta, y enseñarla de alguna manera
a la de cada cual en misión, de la misma manera que la recibes, ¡gratis la
recibes!, ¡gratis la has de enseñar y dar tú!, como en el caso de Moisés: que
tuvo que discernir aconsejado por Dios y tomar la elección dolorosa, pero la
correcta, para con Dios, al bajar de hablar y asumir su misión con Él Dios en
la zarza de fuego, que le gravó y dio los mandamientos de la Ley de Dios para
ser cumplidos por siempre, por su pueblo al que estaba deseoso de llegar y con alegría
presentárselos al venir de la misma mano de Dios, pero el mismo pueblo
impaciente, que antes de bajar Moisés con éstos, ya estaban la mitad corrompidos
por completo al no saber esperar pacientemente, quedaron explosivamente pervertidos,
y pervertidas en un pequeño Sodoma y Gomorra en el mismo campamento donde esperaban
a Moisés, haciendo y adorando a imágenes, y becerros de oro, teniendo por sus
hechos malvados, ganado el resultado de sus malas obras con otra eliminación más
de la faz de la Tierra como criba a pasar en los injustos e hijos del mal,
hijos del demonio y por consiguiente pereciendo en el infierno por insensatos reiterados,
generaciones tras generaciones que aun siendo heredados algunos de los pecados de
generación, en generación de sus antepasados por los comportamientos inmundos
contra la Ley de Dios y sus preceptos, nada hicieron éstos pecadores sociales de
entonces supuestamente más reformados para aliviar o consolidar la ira con que
tantas veces les designó Dios en el destino, aun con toda su misericordia que
acopió de épocas y épocas, y en reiteradas ocasiones desde Su creación, que con
su dolor y Él enfado de Padre, tuvo que tomar, para como Padre y creador de
todo lo existente, también en sus preceptos y al agrado de Él, y conscientes en
toda la historia de la humanidad de la semilla que somos, y de la que venimos, pero
que hoy como cristiano en ésta fe, no se debe obviar aunque todos estos
acontecimientos ya fue en las pasadas épocas del antiguo testamento y que fueron
perdonados también todos sus hijos e hijas en el nuevo testamento, de la nueva
alianza constituida en el Espíritu Santo y en Jesucristo resucitado para
nuestra salvación, y por tanto, la decisión recae, o se espiritualiza
individualmente en cada uno, o en cada una hermana que lo busca únicamente en
los preceptos al agrado de Dios, que en definitiva tiene la última decisión en
su palabra, que es palabra de Dios. Tal Como ha sido, y es, por los siglos, de
los siglos. Amen. FELIZ NAVIDAD.
Julio Barriga Carrasco
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