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lunes

QUIEN RECIBE EL AMOR DE DIOS, IGUALMENTE ÉSTE, LO DA AL PRÓJIMO EN LA PROPORCIÓN DE LA MISIÓN RECIBIDA PARA EL REINO DE DIOS, EN VOLUNTAD, TANTO EN LA TIERRA, COMO EN EL CIELO. AMEN.

Desde la fe de mi Espíritu en Jesucristo nuestro Señor hijo de Dios Él único todo poderoso en el Cielo, y aquí en la Tierra donde está para establecer a los hermanos en sociedad de salvación en su Reino que con Él Espíritu Santo que recibimos en el mismo bautizo llevado a cabo y en su día indistintamente de cada uno, pero en el que todos quedamos con el deber encomendados en la misión para Éste como cristianos creyentes a ser, sacerdote, profeta, y Rey.
   Dice el señor: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, si no, que escala por cualquier otro lado, éste es salteador y un ladrón corrupto. Pero el que si entra por la puerta es buen pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, conoce a sus ovejas y las llama una por una y éstas, les siguen a Él porque conocen su voz, las cuida y no deja que ninguna se pierda, y si esto ocurre, la busca hasta encontrarla para no dejarla caer en las garras de lobos y buitres carroñeros. Porque tuve sed y me distes de beber, tuve hambre y me distes de comer, estuve desvestido, y me distes ropas, estuve enfermo y me visitasteis. ¡Quien cree en mí y, cumple mis preceptos vivirá eternamente!
    Esta es, palabra de Dios. Amen.

       Este escrito es de un hermano cristiano laico que ama a Jesucristo.



QUIEN RECIBE EL AMOR DE DIOS, IGUALMENTE ÉSTE, LO DA AL PRÓJIMO EN LA PROPORCIÓN DE LA MISIÓN RECIBIDA PARA EL REINO DE DIOS, EN VOLUNTAD, TANTO EN LA TIERRA, COMO EN EL CIELO. AMEN.

Quien recibe el amor de Dios, igualmente éste, lo da al prójimo en la proporción de la misión recibida para el reino de Dios, en voluntad, tanto en la Tierra, como en el Cielo. Amen. Bienes a decir sin más, al instante de auto-indagar o conocer a tus principios y los valores creados en tus raíces que las buscas por lógica, en la genética de tus padres, tu familia de hermanos, y abuelos para como doctrina que tiene que ser asumida como de la misma creación y en el orden establecido solo por Él, que es la voluntad que internamente en conciencia con el mismo Espíritu Santo que en todos los cristianos bautizados se va desarrollando en el día, a día, con las adversidades que se puedan encontrar más en los laicos como ciudadanos corrientes de a pie, pero en sí hermano todos en definitiva. Porque quien ya pertenece al clero, el voluntariamente ya lo pidió a Éste, y lo “recibió”, y que en algún momento las incoherencias nos asaltarán provocadas siempre ajenas a tu voluntad de alguna u otra manera y que a cada uno indistintamente, cada uno/a, tendrá las suyas en algún tramo de la vida, y son estas vicisitudes retorcidas a contra roscas al tomarlas como un sotp por razones incomprendibles por una persona normal, las que hacen de muro de choque invisible, en el que pretendes e intentas atravesar impotentemente sin comprender el porqué de lo ocurrido, una y otra vez, con la misma rabia en la intención de obviar a lo invisible inconscientemente como si no fuese cierto, pero no siendo otra cosa, nada más, que la cruda realidad que te aporreará hasta que tomes la decisión correcta si ciertamente así lo quieres, aunque sin especificar y sea el conflicto esto lo que sea para cada cual, la tendencia natural es de no tomarlo como real, y/o, como si de un mal sueño se tratase, pero la realidad en definitiva te adsorbe por completo, de manera, que solidariamente contigo mismo terminas en un proceso de tiempo no corto, comprendiendo a tu conciencia y sabiendo con ésta misma, que estás de alguna manera en relación directa con tu Espíritu Santo que te espera, que si lo amas tanto, como tu notaras con la sensibilidad que sete multiplicará aún más y percibirás con más tiempo aún, que Él, te ama a ti con mucho amor y misericordia constantemente, y es cuando comienza en ti aún más refinadamente la sensibilidad con los demás, de manera, que si creerás, y veras también que éstos son hermanos como tú, comprendiendo realmente que Jesucristo está en todos, y cuando digo en todos, quiero decir, en todos, de lo contrario sería repudio a Éste, por tanto a tu prójimo, no los volverás a ver como simple ciudadano sin más, ni tampoco como invasor que te usurpa el puesto de trabajo, o la butaca del cine, o de teatro, o que te quita a la chica de tus sueños, o te pisa el negocio, etc., pero también, sí sabrás diferenciarlos de entre delincuentes, estafadores, terroristas, y maleantes del mal, por consiguiente de mala vida aun, cuando en tu anterior modo de ver, la anterior vida, ¡Seguro que de buena solidaridad social también!, pero totalmente distinta a cuando ya estás en Jesucristo nuestro Señor, en su Espíritu, que lo comprendes en otra dimensión de unión solidaria y de entendimiento en los resultados de cuanto de alguna manera haya habido en ti un tipo X de sensibilidad primordial, o como preocupación que de alguna manera estaba ya pero sin definir y más de cuando eras pequeño sin saber qué era pero que ya te bullía como instinto en tus proyectos de vida social etc., y que si es tal el mismo, o parecido, lo recuperas de nuevo, pero sabiendo el camino por donde tienes que pasar, y a donde te tienes que dirigir en la total paciencia y armonía de convivencia con los demás hermanos, amigos, ciudadanos con la certeza de que todos somos uno solo en Él Espíritu Santo en Jesucristo nuestro Señor Él hijo único de Dios y en el Reino de Dios para su Gloria. Aquel que recibe el Espíritu Santo, sabe que sus decisiones como los hechos han de ser siempre a su lado, como también toda su vida a su agrado como nuestro Señor Jesucristo nos enseña en sus evangelios, para la doctrina de su Santa iglesia Católica por Él creada, que acertadamente como no puede, ni cabe ser de otra manera, es en el Espíritu Santo dispuesto por Jesucristo en San Pedro en la Tierra, y desde su Santa Sede del Vaticano es portado Éste testigo de nuestro perdón del pecado original en la muerte y resurrección de Jesucristo nuestro Señor, que murió por todos nosotros para cómo la nueva alianza nuevamente ofrecida por Dios, entre los hermanos que así se muestren y acepten ser, en Él Santo Padre, hoy el Papa Francisco, pero que sea en cada uno y en su propia libertad, y en respeto al prójimo, y sobre todo, amando al único Dios nuestro creador poniéndonos claros sus preceptos para cumplirlos sin más, aunque sin olvidarse de éstos, dentro de las posibilidades y al gusto de cada hermano que serán las que les esté  de antemano concedidas por Dios nuestro padre todo poderoso en el Cielo, y en la Tierra. En la misma línea espiritual de fe, como cristiano laico creyente y practicante en mi conciencia con mi Espíritu, y no como un  profeta clásico del Antiguo Testamento venido, para que se entienda que desde Jesucristo el hijo único de Dios, solo Él lo És, pero si, como lo ordena la nueva alianza ésta por consiguiente, también en el bautismo del cristianismo, y es que todos los bautizados desde esta práctica ya realizada como el sacramento que nos dice ante dos testigos cuando somos bautizados, que, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, eres en misión, Sacerdote, Profeta y Rey, y en tal me asiento, para como decía antes, que en la misma línea puedo y quiero decir que, quien como en el Espíritu Santo ya así mismo se estima, Éste te da la calma en las decisiones o acciones correctas en su agrado como no puede, ni debe ser de otra manera, pero dicho esto, por consiguiente en la misma fe en Él, cumpliendo de alguna manera los preceptos, o lo que es lo mismo, no actuando en contra o enfrentándote a éstos, tú con tu conciencia en tu fe, con tu Espíritu, tienes también por consiguiente que mostrarte siempre confiado, pues estás en manos de Dios, y Dios te quiere. Pero si sugiero una pregunta a quien lee estas letras, ¿Tú quieres igualmente, a Tú único Dios, nuestro padre todo poderoso en el Cielo y en la Tierra que es cómo era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amen?


                                      Julio Barriga Carrasco.

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