No nos engañemos a sí mismos.
No nos
engañemos a sí mismos, porque el quien qué se mantiene caminando al lado del
pecado, u pecados sumados, o lo que es lo mismo, herrados, equivocados, de
Vida, y sin querer incluso, entrar por la puerta estrecha, Conversión, y qué
Nuestro Señor Cristo-Jesús nos abrió, con Su Muerte y Resurrección, y aunque
estrecha, pero de par, en par, Abierta, a Todos los Hijos de Dios a Su Agrado, o
sea, en, y, a Su Razón e indistintamente con La Verdad, en Cristo, Dios y Padre
Nuestro, Jesucristo, el Hijo Único Querido y Divino, y qué a en Discernimiento,
el Auto-Corregirnos, en Moradas Propias de Su Familia, y Familiar, Laica, y
Josefinamente en Su Divinidad-Sensibilidad, Trinitarios en, Él, Padre, Él Hijo,
y Espíritu Santo, en Cristo, Espiritualmente qué Nuestro Señor él que nos Es Pleno
Testimoniándole en La Veracidad que nos Permite, y Da-Dadivas-Sensibilidad-Reciprocidad,
y no en lo superfluo, ni mercantil de conjuras, u mafias, que detesta, ni en lo
efímero, que hoy viene, y mañana, ya no existe nada, de lo que hubo de cierto en
un momento antes, y jamás, por más que en tu empeño el que lo desees así mismo,
podrás ser libre así, nadie, y ni tampoco, en Paz consigo mismo, y ni Gloriosos
de Su Eternidad, ya en Si Aludido y en Percepción Existencial y Hereditaria,
por Tanto, exento de éstos que voluntaria y libremente apostatan, contra el
Señor, Dios y Padre Nuestro, encaramados solo y consiguientes al excepto, del por
el interés personal, u él imperativo, que les blanquean, y no comulgan, u no
aceptan, así qué ni con los demás, compartirá nada, ni, con tu prójimo de paso,
y ni de con tus más prójimos, incluso, tampoco, que es exacta y mismamente, la
destrucción personal, el suicidio voluntario, y la procreación dictatorial solo
de la fuerza del mal que la ejerce, la que muere y siempre matando, y no
salvando, egoístamente, a La Vida Futura de su rededor, u Prójimo.
Que no te roben el Alma, Espíritu Santo de
Tu Bautismo, el funcionariado e indistintamente, los mercenario, “espíritus
animados, animal en instintos irracional, artificial”, ¡que no sirvientes de
nada, sino lucrativos, cazadores, y aunque holgazán por su natural!, y comprados,
con no más, qué con el plato, y también tan reconocido el símil, de lentejas, u
más conocido aún ya en nuestros días, del Evangelio del Señor, con las treinta
monedas, el judas, Iscariote indistintamente, en cada cual qué lo carga, lo
protege, y lo oculta aún sin la consabida reprobación del arrepentimiento y él
Perdón, del Corazón Sincero, que Lo Es en Cristo-Jesús, La Continuidad en Caminando
Junto a Él, que nunca no nos falla con Su Santidad, y qué asumimos e
Inconfundible en el recorrido del Camino, con las diversas y distintas etapas, que
todos los caminantes en sí vemos, y oímos así, palpándolo de la Verdad Surgida
de cada momento, que Es el Juicio, y Discernido, de Su Eternidad, La qué ya
Conocemos muchos en Él Amor y Concienciados de ello. Si no están contra
Nosotros, lo están por Nosotros, porque no existe en La Verdad, dos Dioses,
sino Uno Solo, Jesucristo-Resucitado. San
Marcos. Cp. 9. Vs. 38 al 40., o lo que es exactamente lo mismo, el que También
yo sí sé, el por porqué, y por quien moriré, y por Él Quien en qué Vivo Su
Eternidad que aún Continuo en Su Camino Glorioso Física y Espiritualmente,
Rico, en Cristo, de Su Santidad Eterna. En fin, Lo dicho y escrito por el
Reverso de mi pobre historia y en Su Reciprocidad, escrito y dicho está, y qué en
la medida de mis propias posibilidades y circunstancias, aunque menos ya probablemente,
en escribiendo, porque no es, por supuesto, tampoco a escribir, a lo que estoy
llamado, sino a Ser Hermano Vuestro, e Hijo de mi Padre, y antes de Jesús-Cristo
en Cristo, También, Bautizado. Amén.
Julio Barriga
Carrasco.
La Oración y qué en un Principio, la inicié, inspirada tal para en una
canción, y qué os la pongo y de nuevo También, en éste Propio escrito, para qué
en la razón, qué en aquel, u aquella, le vea la gratitud, y que en Tal nos la
ofrece Él Señor, También le pueda, aparte de la oración, qué También quedará
Tal y como ya la conocemos, a adaptarle, una música, acorde a Su Respeto, y
Agrado de, sus Preceptos, y Mandamientos, y en Conciencia Mismamente en la
Confianza de mi Fe,
Gracias Señor Jesucristo Hijo Único y
Querido Divino de Dios Padre Creador Divino
De todo lo Infinito en Su Santo
Espíritu, Gracias de Nuevo Señor por mostrarme
Al Padre Creador Nuestro, y mantener mi
Plena Libertad en Conciencia aún También
De éste Mismo Nuevo Momento, Postrado
Ante Ti desde mí Gran Amor, y La
Confianza en mí Fe que Tengo Para que me
instruyas a Tu Voluntad, En la Forma de
Tus Preceptos y de Tus Mandamientos,
Porque Solo Así Y en él Calor de tu Inmenso Amor Y Misericordia,
Pueda Cumplir La Misión de Tu Mandato,
que Es por Ti Dispuesto desde el Principio
De Los Tiempos, en Cada Una, y en Cada
Uno, Indistintamente de Tus Hijas, e Hijos, que como Tal
Quiero Voluntariamente y acepto yo La
Mía que por Tu Gracia Divina me Corresponda
Llevar a Cabo En Tu Divina y Santa
Gloria, Tal y como Era en él Principio lo Es ahora
y lo Será por Siempre, Gloria al Padre,
Gloria al Hijo, y Gloria al Espíritu Santo, como
Era en el Principio lo Es Ahora y lo Será
por Siempre y por los Siglos de los Siglos. Amén. ¡Que así sea! Amén.
Amén. Amén.
Julio
Barriga Carrasco.
Así Católicamente y con Éste Mismo
Espíritu nace, Él Credo Largo como es conocido en Nuestra comunidad, Cristiana,
Tal, como el Credo Católico, y él qué en Sí, y así en la confianza de mi Propia
Fe en Jesús-Cristo me Profesa en Su percepción que me Alude, percibo y Creo. Y
a diario lo medito en Discernimiento junto con Las Oraciones en Las que Creo y
Vivo.
Creo en un solo Dios padre todo Poderoso.
Creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; qué por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación
bajó del cielo, y por obra y gracia
del Espíritu Santo se encarnó de María,
la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre; y
de nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos, y su reino no tendrá
fin. Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria, y
que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para
el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y
la vida del mundo futuro. Amén.
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