Perdónenme si es que les fuese
posible. Perdónenme
si es que les fuese posible, amigos, hermanas y hermanos todos en Cristo, Corazón
de vuestro modesto honor y conciencia, en respeto a lo que sí se le ha de tener
y custodiar por siempre, para una Vida Sana e indistintamente en cada cual, con
la cultura ceñida en los principios y los valores enraizados familiarmente, incluso
aconsejable por mí y ahora, ya qué circunstancial u paradójicamente yo, no
estudié más que en la niñez, y lo deje, en vez de continuar e insistir, entonces,
que es lo apropiado y con las máximas exigencias en el respecto, y de necesidad,
que nos es en definitiva, conjuntada mismamente con la de la Familia qué lo
reafirma en Su Amor porque, nos da Vida de eternidad que trasciende en Su Santidad. Y no, en absoluto por
contrario, a la incultura fehaciente en la mínima implicación por la misma, de en
nada, ociosos, atrapados en el espiral de lo efímero, y que detesto en cierta
medida, de la tal pasividad en los tibios latentes, e inconscientes, de algún
modo culpables y concupiscentes en la traición constante, agradecidos al
parecer, generación tras generación, por intereses particulares, u personales
siempre, o sea, sin cambiar ni un ápice, ni una puntita que apreciar de natural,
y la aconsejable, u alentada, incluso con batallas persistentes que recrudecen
a más mismamente los incrustados e inanes mayoritariamente incendiarios de
focos en trifulcas, cómplices, por presiones del propio miedo qué les incide,
desde el mandatarios siempre precedentes, de las moradas del mal demoníaco, por
consiguiente, con la alevosía, y la premeditación natural de éstos conjurados a
cómo premisas, por imperativos de cumplida
obligación en el voto, ¡que no de libre voluntad!, en los “partidos
políticos, u marcas establecidas por ellos, y que son dé los mismos, por lo que aún se lucran con sus privilegios
en el mundo”, los unos y los otros, y todos entremezclados del mismo interés, en
detrimento del más desfavorecido u débil, siempre, en un desgobierno cualquiera,
y de cualquier menester que éste sea, ya de empresa, autónomos, u reino, etc.
etc. Y “desgobierno qué en tal situación” y sin ir más lejos, nos toca por
cercanos al mismo, defender Su Honor en Santidad,
contra la barbarie mismamente y dé con sus cómplices u “afines” en el nuestro propio,
país de nacimiento y, Reino de España, al que pertenecemos de con La Semilla u Cultural
Selecta de La Fe en Nuestro Señor y Rey, sin cizaña posible ya, puesto que
ésta, fue aniquilada, quemada su estirpe, su raíz, o sea, que sin mercenarios
diplomáticos u mediáticos que valgan de algo hoy claramente, que son auto-identificados
por sí mismos, y aunque empecinados, y de nuevo equivocados, en abrir nuevas brechas,
frontera, en vez de unirlas en Su Natural Unidad, Un Alma, y lo es como siempre
en complot e increpando ya en el correspondiente y presente reinado de Nuestro
Hermano y, Rey Nuestro, Felipe VI, entre todos y cada uno de los ya ciudadanos
de La Buena Voluntad, así, voluntaria y libremente en Su Día Constituido, y el que
lo tendrá, sin duda alguna, que determinar por tanto, el posicionándose en sí y
también así clara y decisivamente, para aclarar misma e igualmente las dudas
del litigio social de siempre, en Él Sembrado, a la busca y el destino de la
Verdad, de sí Trigo, u cizaña, que a como Católicos por tradición enraizados,
lo es Vida y de Eternidad, Pueblo de Dios, en Cristo-Jesús Señor Nuestro y Dios
Padre Creador de Todo Lo Divino e Infinito en Su Santo Espíritu, el qué nos es
Dada-Dadivas-Regalo, en Su Evangelización, u Cultura Nuestra, Católica, y en
definitiva Devenida. Y en Cristo, Es mí Fe, y que aunque Cristiano convencido
por la fe también en sí, y dé la de mis mayores, a la que de pequeño, e incauta,
o firmemente, a como tal, yo la renegué en algún modo, confuso, o inmaduro, porque
por alguna razón y entonces, para mí, a como tal cultura, desconocida en
tinieblas, no me gustaba tanto estudiar, y ni de ir a la escuela, al menos, de
plena voluntad, aunque por contrario, y en la confianza de mi Propia fe de
bautizado, y en mi jovencita libertad ya sí, y maravillado, a nada más que en el
trabajar, cómo mis mayores lo hacían mismamente, en el campo de mis principios,
y para auto-emanciparme por sí y en lo posible, que así creí a mi gusto, libre
y voluntariamente, y cosa que aún no he dejado de hacer, día, tras día, aunque
sin conseguir al momento, y ni de lo visiblemente exitosa u sólidamente en algo
que destacar, y qué para la muestra, “un botón les traigo”, entiendo, con mí
perdón, o lo que es lo mismo, y por si ahora, ya a alguien, le suena a algo la
desolación de un momento dado, y a como a tantas, y a tantos hermanos en el
porqué, el desafío, de las eternas penurias en los autónomos, y las familias
del Amor Verdadero, en estirpes genéticas, medias, u bajas, que lo sufrimos e impotentes
u descorazonados, de en lo que muy a las claras, se nos está exponiendo ya a
cómo un imperativo de rehenes, en nuestro físico u visible “escenario, Vida
Real” u Propia, o sea, en Divina Providencia, aunque en sí Redimidos en
Conciencia de Nuestro Señor Cristo-Jesús, de la tal realidad social-oportunista
de la política, y para defenderlo en La Verdad, por tanto, tan denostada, y
más, con políticas degenerativas de descarte y la acepción de personas, y tan amoral
ya en nuestra propia presencia, pero que es a debatir, cómo la Misión en Él e
indistintamente de Sus Hijos, y Su Creación, a definir posicionados en Su Reino.
San Santiago. Cp. 2º., y a tal, es
el qué en lo real, ni en lo laborable, y ni a como autónomo tampoco, me fue
posible, ver, u sentir, o percibir en sí en algún modo de certeza fiable, a la
sociedad del bien estar, ésta, la tan, cacareada y por los mismos por tantos
así de cierto en aplaudiendo, atea u incrédulamente entre éstos, los anticonstitunacionalistas
por romper a la misma, hasta con las orejas. Pero que en sí Concienciado de
propia motivación, Sensibilidad, u Amor, Fe, ¡O viceversa!, que también, no
optante, es en mí percepción, y alusión, el principio, del fin. Y él estudiar
ahora para titularme en algo, no me lo puedo permitir, porque no podría, a un
mismo tiempo, hacer y ni continuar en lo que honradamente más me gusta, que es el
trabajar, y trabajar, en lo que por supuesto me gusta, y ahora incluso, lo es
en éste orden y también, como no, escribir, o sea, contar la experiencia que en
Cristo, me alude, y yo Percibo, en mí Discernimiento y por Él de Su Santidad, y
ya también, leer más, cuando puedo y me dejan, con alguna oportunidad, Divina
Providencia, u Alusión, para ello, y en crecer interiormente más, por tanto,
mis estudios, se elevaron tal, y son aún, al menos en sí y para mí lo cierto y
real, el certificado de escolaridad, y
el carnet de conducir, 2ª.
Y, a colación, fue en alguna alusión ya
caído y hace bastantes años del caballo, del qué a cómo San Pablo, y en quiénes
a propósito es, en algunos de los amigos con, estudios superiores directamente el
que me lo recuerdan, al respecto, de la gramática y la ortografía, y que yo lo
acepto, lo entiendo, y lo agradezco con propia naturalidad, honesta y
humildemente, por tanto, y aunque en un descolocado más de este “nuestro mundo
terreno, u reino español, tan denostado”.
En él que
por ejemplo en mí caso, e indistintamente particular, Los amigos de Facebook en
mí perfil, en total 349, ahora en éste más reciente, y de entre éstos, al
parecer, por el marcador numérico del mismo, me siguen, 85 y qué de los cuales,
no sé quién es quién, y ni en qué me siguen, de entre ésta mayoría a como
tales, porque decir, a decir, decir algo, no dicen ni pio, nada de nada, o sea
que no sintonizo en absoluto al parecer, con nada de cuánto Percibo, y me
Alude, del Bien, y del mal, de Ésta Nuestra Santa y Buena Sociedad Española,
del Reino de Dios.
¿Y no es por Tanto La Salvación Su Santidad en Él Señor, y La Vida en
Eternidad de los Redimidos en Su Reciprocidad absoluta qué lo vemos de Su Infinito
Amor y Paz Misericordia, a Discernir, e indistintamente con respecto, de lo
efímero y reinante aún, en la mundanidad entre los Hijos de Dios? Génesis. Cpls. 48, 49, y 50.
Julio Barriga
Carrasco.
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