Ni la muerte tiene la última palabra, y ni él Gobierno de España Tampoco

Ni la muerte tiene la última palabra, y ni él Gobierno de España Tampoco.

   Ni la muerte tiene la última palabra, y ni él Gobierno de España Tampoco. ¡No!, la última palabra y él qué él Gobierno la hace suya, es un hecho u patente, sin valor alguno, y más negativo aun cuando se falta a la voluntad de Dios, que Es Vida Un Alma Suya y Nuestra de Eternidad en Cristo-Jesús Resucitado, en Sí Consciente de cualquier discrepancia, al respecto, y lo es incluso intolerante cuando se utiliza haciéndolo en, Las Cortes éxito suyo, y por consiguiente, premeditadamente del propio mal, e implantado por él mismo, y entre sus aliados mismamente solos de una, de las parte unidos por interés, y es sistemático en tal, tanto y en cuanto, él que no lo es en él encuentro fraterno de las Mismas ni de un mismo entendimiento, y más agravante, si él caso, es cargado de división, u conjurados, porque al denegar, u imponer, ya lo es hacer, la acepción de personas por un interés particular, u en sí partidarios, de más infundios, y en cualquier caso, al no incluir en más u otra opción, y ni él qué sí, en réplicas, y tras réplicas, el que se alcanzara la positividad esperada, ¡pero el acuerdo aún es inexistente, y como clásico es así lo establecido!

   Y que sin él acuerdo, en un solo debate, en cualquiera así propicio en un pleno del Congreso, y a Tal, ya es patente e imparcial lo existente hoy, de modo, y maneras, serían en las mismas proporciones nada eficiente y Tal el Pleno en un desacuerdo total, ver la, Epístola de Santiago, completa, él qué si no se eleva a los juzgados, nada, “resuelve u aclara a la verdad, Real y Verdadera en un Pueblo de Paz” más, que golpes, tras golpes, al Estado de España, y ni al desenlace natural del compromiso al bien general y Real, y en el qué en Su Natural, habría de mediar en una última instancia, y a con la participación, u al caso, de su mano y confianza, de algún modo, arbitro Real constante, y operativo como Misión que lo Es Suya, u en otro pleno ya posterior al respecto, del arrastre en la propia duda, u él litigio, propio de algo concreto, o, en cuestión, valga la redundancia, del Propio Rey, y en mí discernir, en Cristo.

   Es mi pregunta, ¿Quién, es La Representación de Nuestro Señor Jesucristo, Dios, Humanado en Cristo-Jesús, sino y de primera instancia, más qué, él Rey Felipe VI, y en, él Mismo, la Iglesia Católica Santa, y él respeto Espiritual Propio a, Su Padre, y por mayor, Emérito, D. Juan Carlos I, y no es así, en todos y cada uno, y una, en él Compromiso de Vida en Nuestros antepasados también Santamente Bautizados en Cristo, Dios y Señor Nuestro, Pueblo Suyo, por Tanto?, hoy y siempre aún por, y con ventaja en Cristo, por los siglo, de los siglos, así de lo invisible, ¡que no de la oscuridad!, pero que a la vez es, y no otra cosa, a lo que vemos de lo visible en mostrándonoslo al horror y Tal, propia y físicamente en cada cual, por los hechos, que unos hacen, y que otros lo ven, y mismamente que hemos de mostrar ya en, Cristo a Su Espíritu Santo, Santidad-Continuidad-Divinidad, porque hay otros muchos, y aun premeditadamente, él que lo ocultan, que es él mal, en mandando, pero, a cómo qué él, no lo manda, y por consiguiente siempre, lo es estrellando u llevándolos al precipicio sistemáticamente a los desvalidos, creados por éste, traidores del padre en renegándoles cómplices de la muerte, y contra, La Vida Eternidad de Sus Santos e incomprendidos Hermanos en Su Santidad, impotentes u desposeídos del Alma, robada por los traidores idolatrados, por lo que intencionada u premeditadamente, son las tantas vidas marginadas y también aunque inconscientemente, por cómo los cómplices u votantes, y que en definitiva hoy es así que deciden a su favor la resolución tomada por él mismo, del veredicto público, antes, resuelto en las tan sabidas contiendas armadas, hoy es en paz y también, en él mecanismo más eficiente mundialmente respaldado, en el sistema democrático de convivencia y que nos impera en La, Constitución de 1978.

   Y aunque libres y voluntariamente, no deja de ser y aún, unos, en más, y otros en menos, pero que también es, en mucho de menos beneficios, y como así de responsabilidad en sí percibo es, dependiendo, y tanto, de la avaricia en algunos, y la complacencia en tantos, por lo que en consiguiente e indistintamente, se degeneran en espíritus, negados, por acomodados u apesebrados, en el ocio de más excedido, u exaltado en sobremanera, y así en creciendo a más la holgazanería concupiscentes en sí mismos, creando muerte, ésta actitud inconsciente, al renegar también y por sí más a Las Responsabilidades, que hay, u debe haber en sí, e indistintamente por Tanto, en cada cual, las propias de Esperanza y Continuidad-Divinidad-Gracia.

   Qué en Sí y así son, las heredas, superándote en regenerando, y  responsablemente, de lo que se hace, o no haces, en pasando de todo, como vulgar e inconscientemente en sí se creen y no pocos de la Vida, y así contra la Propia Vida, y sin hacer lo suficiente en Sí honesta y dignamente, y que no ha de faltarles, Santamente Ésta Dignidad en Cristo, que lo Es Redimidos en Adopción-Dadivas, de Dios, y Tal así, él Inicio a, Adán hombre, y, Él Mismo, a, Su Rey e Hijo Él Único, y, la Iglesia Santa Católica e Eucarística, Reconducida ya Santamente en Sí comprendiendo la Conversión al Señor Dios Nuestro, y al Ser Entendido, él por qué se delegó, u entregó en sí, Adán, y tomó la manzana de la mano de Eva, y mismamente ésta, de la serpiente animal, que no del hombre Hijo, pidiendo perdón, Génesis. Cp. 4 Vs. 12 al 15. puesto que le era prohibido por Él Padre Dios, y también él bondadoso incluso, perdonó a Eva, porque no, la cortó Él, del manzano, aunque sí tomó de la mano de la misma, pero que Ya Sí en María, Madre Nuestra y, en Él Espíritu Santo, Humanados Continuidad de Santidad en Jesús-Cristo Espíritu Santo, y Santo Espíritu Ya de Junto a Dios Un Alma-Morada, Suya y Nuestra, Solo en Él. Por lo que la última Palabra Es en Él, y en Cristo-Jesús, qué se convierte y Mismamente en la Palabra Ungida, Pueblo de Dios. Indistintamente, y Acogidos así, en Sí entrelazados Trinitariamente de las tres Generaciones, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, Concienciados en Cristo-Jesús, pero que me alude y percibo muy negativamente, también, la propia utilización, y cómo lo más corriente a la palabra que en generaciones más recientes nos han imbuido a costumbre en lo, común y aún, en parte de la gestión en sus actividades, y medios de comunicación de la Iglesia, que se mal confunden y así entremezclándose entre los hermanos, de intenciones erróneas, y que se utilizan con intenciones maliciosas, ¡él Cristiano/a en sí es plena libertad! Y él indistintamente, la ha de encontrar, o no, si Es que hablamos u Vivimos Continuidad-Santidad, y Reino de Dios, ¿No nos Es, por Tanto y, Católicamente, más y mejor, él utilizar?, lo General, u Familiar, o, la Real Unidad en Cristo, de Sus Hijos Amados, Su Propiedad Y ¿Tan difícil Es de entender el Propio simbolismo, tan representado y Acogido por la Historia Encarnada en Nuestras Raíces Cristianas, de Los Principios y Valores, en Los Reyes, y La Santa Iglesia Católica, ésta en soltando a los caballos, y tirando el Pueblo de Dios de la misma Carroza del Propio Rey, en sí Reforzando al Testimonio Católico y del, Tanto Monta Monta Tanto? Por Tanto, en mí discernir, la Alusión en Cristo, Es a la Conversión de Su Pueblo qué en Jesús-Cristo y Señor Nuestro nos está Pidiendo de Su Eternidad, Vida. Y, ¡Que no la muerte concupiscente basada en lo efímero u descomunal! O lo que es lo mismo, Somos Su Propiedad, ¡y él que no se ha de continuar agrediendo a la Propiedad! El, ¡No Robarás!

                                  Julio Barriga Carrasco.