Mi Dios, en Cristo-Jesús, de Todo Lo
Infinito en Su Santo Espíritu, Es Dios.
Por Tanto,
Él Trono y él quien qué está sentado en Él Trono, Jesucristo-Resucitado-Humanado,
en Su Santidad, y el Hijo del Hombre e Hijo en Dios y Amado de Él a Su derecha,
y cuantos en Él Lo Aman. Apocalipsis.
Cp. 4. Vs. 3 al 11.
En el Centro,
qué es evidente y existencial Trono, a cómo Hijos todos de Dios y coexistentes,
en Lo Divino e Infinito, en el qué ciertamente conviven, espiritual y
físicamente el Bien, y él mal, salvaje e increpante infatigable incluso del
renegado “ángel” satán, camuflados porque de antemano perdido lo tiene todo,
solo a Discernir del tiempo y para la salvación, por los resultados, obtenidos,
¡O No!, en Posicionarse, propiamente y Libres, voluntariamente, en Tal, u cual,
en volver, ¡o no! al Redil del Padre-Morada, Un Alma Dios Cristo-Jesús.
En La Izquierda se coexiste u se convive en
lo circunstancial, y condicional de la vida temporal, y heredada, También a
Discernir, y por consiguiente de la avaricia devenida, para acaparar en la
tierra más y más, u en ser, el acaparado, en lo mismo y por el que se cree
vivir mejor efímera y mismamente, y aunque dependiendo del cómo, pero, de
alguna manera, nunca mejor, por lo ocioso, y la imprescindible dependencia de aquel
siempre en dudas, de tal, o de cual realidad, temporal aunque existente en cada
momento vista por sí en los mismos, generación, tras generación, hasta caer del
caballo, indistintamente en la Verdad, Vida Eterna, en Cristo-Jesús, Paz y Amor
Espiritual Misericordioso, Divina Providencia.
La Iglesia Santa Católica de Jesucristo, Es
Evangelizar y Constantes, Persistentes, en Su Verdad Cristo-Jesús Resucitado,
Dios y Padre Señor Nuestro, que Es Su Palabra y Su Verdad. San Mateo. Cp. 9 Vs. 9 al 13. Que Es También Vida Suya y en Cada
Cual, de Su Santidad Propia, qué Él Nos Da-Dadivas, Regalo de Dios, a Su Hijo
Amado, en Él, Jesús-Cristo, y en Nosotros Sus Preceptos, y Sus Mandamientos, a
Discernir y Actuar en Consecuencia y Conciencia de Su Amor, Posicionándonos en
Su Paz y Misericordia Espiritual, en La qué Redimidos Vivimos, al Hermano Amado
Jesucristo, qué Cómo Él, Amamos Mismamente al Padre, y a La Madre, de Nuestro
Señor. En La Mujer, y Su Encuentro, católica, y Santamente. Amén.
Julio Barriga Carrasco.
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