He leído también ésta última encíclica, del Papa Francisco,
Fratelli tutti, y en realidad, mi percepción no dista distancia en absoluto, de
cuanto ya en sí me alude en Cristo, Santamente de él, y escrito lo tengo
también, y publicado como la prueba de mi Misión, y que me Aludió en Su día él
Señor, a como Hermano, qué Ama al Padre, y el qué como sus más y recientes
predecesores en Cristo-Jesús También y los más mayores sí qué hemos conocido y
recordamos de en su caminar entre Notros de Vinculo Cordial en la Amistad
Espiritual, así, Vivos Física y Espiritualmente muchos aún, cómo, Benedicto
XVI, aunque muy mayor y cansado, y como Tantos mayores, hombres y mujeres
humildes, decentes, y honestos, que aún y aunque latentes y tibios, en muchos por
descontentos y sin entender el paso, el trecho de la vida de, entre españoles
de distintas y diversas ideologías u creencias religiosas, lo es en sumando, y
aunque inconscientemente quizás, a la Unidad del Reino de Dios, Señor Nuestro
Jesucristo, Junto al Padre de Todo lo Infinito y Divino, a su derecha Cristo-Jesús
Un Alma, Unidad-Moradas Suyas, en Él, que es en el deber y Evangelizar con Su
Espíritu Santo, en sembrando Su Misión Redimidos de Su Eternidad y que nos
Transciende en Su Amor y Paz de Misericordia Espiritual, en La Divina
Providencia Santamente y Caminando Católicamente Juntos. En mi libreto del
evangelio del día, hoy Domingo y día de, Santo Bernardo Calbó, Obispo, en el
final de la oratoria personal del Papa Francisco, él, pide el Espíritu Santo de
Nuestro Señor, y Dice: “con Él a mi
derecha no vacilaré”. O lo que Es lo mismo, Percibo yo y como no puede ser
de otra manera, el que lo es, Evangelizando en los descreídos también, y Lo
Asume en Él Mismamente. Amén.
Julio Barriga Carrasco.
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