1º Aclarando, que como dice mi madre cuando tiene que aclarar en alguna situación embarazosa, o pregunta indiscreta, de a que hijo prefieres, siempre responde con esto de, “y que brazo me corto que no me duela”, pues bien, a D. Cesar, en cuanto que no sé a que viene ese enfado con la decisión de Mons. Munilla, por haber en mi parecer tomado, digamos la oportunidad de coger y pedir supuestamente los permisos pertinentes para poder llevar a los presos para ver, o confesar con el Papa, cuando si ésta puerta la tienen abierta, con no sabemos que intención, pero abierta al fin y al cabo, ¿Por qué Mons. Munilla no va a tener el derecho de hacerlo si, por ejemplo, tiene un vecino, que robó a un niño una bicicleta, y este produjo un accidente, por lo que está en la cárcel, y también por ejemplo, el hijo de una buena feligresa de su diócesis, que tiene algún delito menor que cumplir en la cárcel, y quiere acercarse a él, para bien de la buena feligresa, y del mismo delincuente, que viniendo de un acto de Mons. Munilla, seguro que se trata de buenas gentes, y no de las gentes de su insinuación, D. Cesar, ? ¿Por qué no se va a poder beneficiar de esta puerta abierta y así intentar reconducir a estos muchachos que como ya he comentado antes, no creo que éstos tengan nada que ver con Bildu, Sortu, o cualquiera de estos grupos nacionalistas separatistas?.
2º Le doy toda la razón D. Cesar, y estoy totalmente de acuerdo, incluso con su crispación y tono, en que la Ley no se la tiene que saltar nadie, en absoluto, y que debería ser este motivo de delito para quien corresponda, de quien tiene la puerta de la cárcel abierta, y si en más cárceles también están de “par en par”, ¡Para meter en la cárcel, al culpable de este nefasto sistema, ilegal!. Pero es lo que tenemos en esta corrupta Política, en España.
3º Visto los puntos del desbarajuste habidos en esta política, y en la perversión de la Justicia, en mi opinión, D. Cesar, la crispación tendría o debería, aunque no soy yo nadie para corregirle a usted, Válgame Dios, dirigida más claramente al sistema que alteran los corruptos políticos. ¿Que Mons. Munilla, debería haber desaprovechado la puerta abierta? Pues es otro debate.
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