No es la ciencia el poder, y ni la
fuerza tampoco la Salvación de, Él-Alma-Corazón-Vida. Sino, Él-Espíritu, de
Amor Verdadero qué Santamente Vence, a todo en Cristo-Jesús, Señor y Dios Nuestro.
Desde las revoluciones,
en los salientes años de los setecientos, y más bien en los adentrados ochocientos.
En mí Percepción, Aludido, veo los indicios en devenidas del Humanismo, buscando
la Santidad en los Hechos, y que se realzó entonces de nuevo con Nobleza, y
Lealtad al Amor de Dios, en el Rostro y la huella que en Santidad nos deja
Jesucristo de entre tantos, y aun vagando por él “desierto”, que cómo Hijos de
Su Morada, y Fundamento en Su Reino, Relevante en la Tierra, Es con La Santidad
que Él nos confió a muchos, en Nuestros Antepasados, y amigos, y qué continua
multiplicándose aún, más y más, en mujeres y hombres, Santas, y Santos, tanto, del
Clero, y Laicos, como San Agustín, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier,
Santa Teresa, y Teresa de Calcuta, Santa, entre Las Santas de hoy, qué en los
más avanzados en edad, conocemos más y mejor, Físicamente y en lo Espiritual, ya
en Eternidad, Caminando También, en preavisos. En Sí, Alusión de San Santiago
Apóstol, San Pablo, Santo Tomás Moro, así entendiendo, las luchas Espirituales,
en Erasmos de Rotterdan, y también, de Juan Calvino, Martín Lutero, entre
tantos, entrando así libres y voluntariamente en otra Dimensión, de constantes
Discernimientos en La Comunidad Cristiana, Católicamente con el frente del protestantismo,
así animando, en él día, a día, al conjunto de las hermanas, y hermanos también
a cruzar el Cisma de La Vida, Resurrección, en Cristo-Jesús, que en definitiva,
es el crecer en la interioridad del cada cual, pero en sabiendo, el que lo ha
de ser, y sin menospreciar, y ni descuidar, y menos olvidar, qué de entre las
cañas, Las líneas paralelas y rectas, hacia arriba, Es y donde encumbra la
espiga del Trigo, Él-Cisma, de buen Fruto, y de que está cerca y en zonas concretas,
solo donde se le permitió al maligno sembrar también, aunque con alevosía y
premeditación, con su arraigo, y su sombría constante, del lucro y la fuerza
acosadora, hostil, que se la puede llamar, parasitismo, por el mal que conlleva
a la dañina, cizaña, en zugando la raíz de la buena semilla, pero que de sus propios
propósitos, en dejándola descuidada, es de encaramarse, adueñarse, y en aun,
siendo cizaña y estéril, como lo es, no tanto menos qué pasto inservible, para las
llamas, o para sí misma, es decir, sin un relevante rendimiento, sin dar un fruto
digno del esmero, por su efímero e inicuo devenir, contra todo él Trigo, que Es
él Pan de Dios, el que en alimento Él nos baja del Cielo, y nos Da a Nosotros, elaborando,
trabajando, Consumando Así, a Su Reino de Paz y Amor Misericordioso, con él
Perdón, pero, en el Perdón, de arrepentimiento, de entendimiento, que en sí, como
las cañas del trigo qué libres e independientemente en Su Divino orden, sosteniendo
firmes cada cual, de Su Morada, la espiga, de su grano, semilla selecta, y Sus
hijos, Familia de Su Amor, no enredado, y ni así, enredando toda la cosecha,
como en la cizaña que su ser es, en pretensión de inconsciencia, echando todo a
perder, o sea, morir, matando, ¿Y para qué?, pues en Cristo-Jesús, y en
Conciencia de Sí os lo pregunto, de nuevo, ¿Creéis, incrédulos, el qué es, el
que pueda ser él fin propuestos, y desde el principio de todos los tiempos del
ser humano, por la misma cizaña, el perfecto proyecto de vida, y a imitar?, así
puestos en Discernimiento, y que es el mal, y satanás, e incorregible animalado
aún, en el ocio, excesivo, a como vida efímera, en el desorden interno de la
misma, que en el abandono, y mismamente, por ejemplo, si en un campo sembrado
de árboles, invasores, no sé les cuida, lo invade todo, y hoy por esto, es políticamente,
el que solucionan, y cada vez más, prendiendo, indistintos, y diversos fuegos, de
cualquier índole, incendiando cuanto no pueden dominar, de cualquier modo, u
maneras, sin preocuparles, porque no les duele, porque, no es de su propiedad,
sino, lucrando despiadada y fácilmente ya, del Presupuesto, General del Estado
de España.
Y a Nosotros, Sus Hijos, en Cristo-Jesús Amados,
Es el Trigo que Nuestro Señor
Jesús-Cristo nos Da. En mí Conciencia, Cristo-Jesús, Es Nuestro Señor, a
quien obedecer, ¡No Más! Porque Es Espíritu Santo el qué en Cristo, Dios Nos
Habita. Por tanto, del, Espíritu España, qué en Cristo, Es Nuestra cosecha
encomendada, y la labrada ya con experiencia Democráticas, donde fuera de la
Santidad-Trigo, que arraigó, y nos alimenta, ya en sí, y sin dudas es, y también
la cizaña, mismamente con las marcas, que
han de desaparecer socialmente en si las artimañas, manipuladoras de la gran mayoría,
en mercadeos, de entre los mismos, con las mediáticas del mundo, tal, como Socialista, Comunista,
Popular, u Liberal, contradichos éstos entre el Total de todos, en definitiva,
contra, La Misma Santidad, qué en Cristo-Jesús, de Su eternidad, Somos los que
en, Él Caminamos, y estamos testimoniándole Su Verdad, en la que solo se Es en
Su Corazón de Amor y Su Paz, por Su Llamada, e indistintamente, Santa, en Sus
Santas, y Santos, en Él, Cristo, y a la Derecha, La Unidad Siempre Formada, de
Dios, Padre y Señor Nuestro Jesucristo. Amén. Amén. Amén.
Julio
Barriga Carrasco.
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