Sin olvidarnos de las Santas, y los Santos del cielo
Sin
olvidarnos de las Santas, y los Santos del Cielo, que Es estar Digna, Misma y Santamente
Presentes con los pies en la Tierra, del Padre Dios, qué en Su Espíritu Santo, los
Mismos aún están indistintamente en Nosotros, y qué si en Reciprocidad por
Nuestra parte Sus Hijos, Respondida, nos Reinserta de nuevo con Bienes de Su
Paz y Misericordia Espiritual, a Sus Hijos por Su Infinito Amor, al quién, que
en Sensibilidad-Divinidad, Acoge sin omitir, de lo Invisible, lo más Posible
que Él nos Prevalece con Su Gracia en Cristo-Jesús, y así, para qué en cada
cual, y nadie en su engreimiento engañe a Su Propia Conciencia qué Espiritualmente
nos Es instada, y en algún modo por La Fe del Bautismo a él Discernimiento
Personal en un debido cumplimiento a Su Propiedad También en lo relativo
Familiar, Cristiano, y Católicamente en Sí constante Testimoniándole en la
Realidad de Sí, en él día, a día, y cómo, en cada cual la propia, que se
constatará sin dudas, en los hechos del Perdón, y la ayuda colectiva, con el
Valor, de La Verdad, frente a la increpación, y el derribo al desfavorecido,
Conscientes del significado, a como salvación del Alma, y Vida en Él, del Amor Natural
Verdadero, entrañable en las enseñanzas interiorizadas qué trascienden de
Jesús-Cristo, Mismamente en Su Amistad y Vinculo, engrandeciéndonos entre otras
más, cosas tan Importantes como Es la Eucaristía, en Si La Comunidad Física, en
Cristo-Jesús, Sus Evangelios, tanto, así escuchados, u cómo también leídos, nos
dice, ¡Que no sepa tu mano izquierda, lo que hace, tu mano derecha! San Mateo.
Cp. 6. Vs. 3 y 4. ¿Y por qué, se preguntarán, ya no tan pocos? En Conciencia, Porque
Somos Su Espíritu, y Amor de Paz Misericordia, que Camina con Él, y para Él. Una
mano, lava, la otra. Amén. Amén. Amén.
Julio
Barriga Carrasco.
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